martes, 24 de mayo de 2011

LA MENTIRA

La mentira es algo muy común y hasta podríamos decir que todos, quien mas quien menos ha mentido alguna vez. Pero hay algunos sujetos que se arman una vida diferente y lo peor es que se la creen.
Hay momentos en que es necesario mentir porque si no la convivencia seria difícil. Hay muchas razones para mentir en la vida cotidiana y hay algunas mentiras que podríamos llamar subjetivas. Por ejemplo hay veces en que no se le puede decir a alguien lo que se piensa de él, sobre todo si tiene un lugar de poder. A veces uno miente para alentar a otro, pero estos son casos de mentiras leves y uno sabe que eso no es verdad. A veces se miente para intentar conseguir una buena imagen, y ahí uno exagera sus cualidades y disimula sus defectos. Inclusive cuando se inicia una relación de pareja se miente para dar una buena imagen, pero después y a medida que la relación va profundizándose se comienza a blanquear. En estos casos se miente por temor a perder al otro, porque por lo general se consideran a si mismos poca cosa.
Alguien puede decir a su pareja que tardó porque fue a ver a su madre, cuando en realidad fue a un bar a tomar una cerveza con amigos y prefiere mentir porque seguramente si le dice la verdad ella se enoja o hace una escena de celos. En ese caso no se dice la verdad para evitar discusiones; pero también hay situaciones más complicadas en donde se miente para perjudicar a otro, alguien estafa o falsifica la firma de su conyuge e hipoteca la casa y esto en el consultorio se ve con frecuencia.

El que miente permanentemente es una persona que está enferma, pero a él esto no le genera ningún conflicto, no hay culpa y mucho menos responsabilidad subjetiva. Pero sería importante que su pareja pueda preguntarse por qué está al lado de una persona con esas características y hacer una consulta
La mitomanía es un impulso que resulta imposible de reprimir pero que le da una gran satisfacción al sujeto. No es una enfermedad en sí misma, sino que corresponde a un conjunto de síntomas que pueden presentarse en diversas enfermedades psíquicas, particularmente en trastornos de personalidad. Por lo general, se presenta en personas con bajo nivel de autoestima o muy pretenciosas.
El mitómano miente permanentemente para lograr lo que desea, sin ética ni limites. Igualmente parece satisfacer una necesidad de equilibrio mental que le permitiría huir de una realidad que reconoce pero que le resulta insoportable, puede ir muy lejos en la provocación, miente deliberadamente y tiene un placer cada vez mas grande cuando se da cuenta que esta empaquetando al otro. Podemos decir que la mentira es su oxigeno, y cuando es descubierto puede tener distintas reacciones, algunos intentan reforzar sus mentiras, otros pueden deprimirse y se aíslan o pueden irse a otro lugar para empezar todo de nuevo.

Con relación a la cura tenemos un problema, porque para querer curarse hay que sentirse enfermo y este no es el caso del mitómano; como máximo se puede sentir un poco diferente. Y además este sentimiento no lo hace sufrir, sino que por el contrario está orgulloso de eso, por lo general es una persona sumamente lúcida. Por eso son síntomas totalmente diferentes a su mitomanía los que lo podrían llevar a la consulta. Entonces es secundariamente que el problema de la mitomanía va a ser abordado.
Entonces, para recapitular un mentiroso, podríamos decir normal, sabe que está engañando a su interlocutor, mientras que en la mitomanía el interlocutor cuenta poco, es solo un receptáculo, por supuesto indispensable de sus invenciones, pero las historias que crea por lo general grandilocuentes que pretenden inspirar el respeto y la admiración, son básicamente para él mismo.
Todos estamos manejados por nuestros propios fantasmas, que serian groseramente dicho, nuestra manera de ver el mundo. Los fantasmas megalómanos permiten proteger nel narcisismo, el amor propio frente a los golpes que propina la vida. Por ejemplo cuando un fracaso nos hace trizas la autoestima, inmediatamente la imaginación viene en nuestra ayuda. Y ahí nos imaginamos benefactores de la humanidad, salvadores de seres marginados, miembros de una familia rica, ganadores de la lotería, etc. Estas son imágenes de escenarios megalómanos, aunque sepamos que son fantasías, a diferencia del mitómano que los vive como verdades absolutas.

La vida del mitómano no es fácil. Para sostenerse en su mundo fantasmatico, que lo protege de la dureza del mundo real, muchas veces debe abandonar los lazos amorosos obtenidos y desplazarse de un lugar a otro, siempre irse. Porque lo peor que puede pasarle es estar confrontado a su mentira y asi perder su razón de ser, entonces cuando es descubierto inventa otra cosa. Pero una parte de su psiquismo se fisura y ahí sobreviene la angustia. Tiene crisis terribles de angustia, pero cuando sale continua de la misma manera. Podemos decir que el mitómano no soporta la realidad tal como es, precisamente porque no se soporta a si mismo tal como es. Estamos frente a una patología del narcisismo, es decir del amor a si mismo. Estas personas buscan permanentemente ser reconocidas, admiradas, por lo que no son. Como si tuvieran que ponerse en la piel de otro para tener el derecho de existir.
El psiquiatra Michel Neyraut compara la existencia del mitómano con una partida de póker en la cual el no conoce su juego. Muestra sus cartas, es decir sus fabulaciones y si nadie dice nada, puede que esa carta sea buena, es decir que sus mentiras fueron certeras y en el fondo cualquier carta puede ser buena. Hay una felicidad particular en la mitomanía que es la de hacerse creer a si mismo que todos los deseos son posibles, porque prefiere la excitante alegría de la mentira al placer tranquilo de la realidad ordinaria.

Disfrutar del ocio o tiempo libre

La posibilidad de disfrute nos da satisfacción y placer, nos sentimos plenos y nos olvidamos del sufrimiento y de los problemas. Pero por diferentes motivos se pierde la capacidad de gozar, inclusive hay personas que, cuando tienen tiempo libre no se permiten utilizarlo para estar en contacto consigo mismos, ni pueden disfrutar de sus logros presentes porque están con la mente atrapada en el pasado o muy preocupadas por su futuro.
A medida que crecemos tenemos menor capacidad de disfrute, porque caemos en el error de pensar que nuestra felicidad depende de grandes acontecimientos que casi nunca suceden, en lugar de saborear las pequeñas cosas. Porque la capacidad de disfrute esta en cada uno de nosotros, en la interpretación que hagamos de nuestra vida y depende de cómo manejamos lo mucho o poco que tenemos.
Algunas personas son incapaces de experimentar placer, mientras otras, solo pueden “disfrutar” de sus éxitos profesionales o economicos.
Cuando una persona sufre una depresión profunda, nada la motiva ni la alegra. Podemos decir que está como "congelada" emocionalmente, incluso respecto a su familia, amigos o las actividades que más le gustaban.
Disfrutar del ocio no es quedarse tranquilo o zen, sino mucho más que eso, consiste en ser capaces de modificar nuestra mirada sobre el mundo, y aceptar que hay cosas que no podemos controlar, esto trae mucho sufrimiento e impide el disfrute de las pequeñas cosas. Por ejemplo, permitirse dejar atrás esos mandatos que nos ordenan ser perfectos, estar atentos y siempre disponibles para poder gozar de las pequeñas cosas.
Seria interesante preguntarse por que algunas personas huyen del placer de no hacer? Esta es una paradoja porque biológicamente estamos preparados para buscar el placer y evitar el dolor y el inconfort, pero sin embargo hay un gran número de personas que no se permite pasarla bien.
Estamos hablando del ocio como una "desconexión", como un tiempo vacío y pobre en actividades enriquecedoras. La condición del ocio no es disponer de tiempo sin ocupación, sino tener la necesidad de no estar ocupado. Cuando solo hacemos cosas esperando obtener una recompensa o con miedo al fracaso es difícil disfrutar. Hay personas que no pueden parar con el deber y angustian cuando hay tiempo vacio.
Todos en un momento determinado sentimos angustia, pero el problema es cuando esta angustia es excesiva e incontrolable y ahí sí hay que estar alerta. Porque las personas que necesitan controlar todo reflejan una gran intolerancia frente a lo que no está pautado y creen que es necesario estar atento permanentemente porque si se relajan algo malo va a suceder. Igualmente por más que se quiera controlar todo, siempre hay algo que se escapa.
Cada uno de nosotros tiene una serie de prioridades, pero como en las personas hay evolución, hay cambio, aquello que uno creía prioritario en un momento, en otro deja de serlo.
Por ejemplo poder regocijarse con la salida o la puesta del sol sin que sea la época de vacaciones, es decir darse un momento para conectarse con las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Cuando uno se permite estos pequeños deleites, los recursos personales y la sensibilidad se incrementan.
Muchas personas tienen bloqueos y no pueden hablar de sus deseos prefieren renunciar a todos sus sueños con tal de no enfrentarse a sus angustias y sus miedos y entonces su justifican su proceder diciendo para que sirve eso, no tengo tiempo para pavadas, yo quiero resultados y no versos, etc.
Pero, como dije anteriormente, cuando uno cultiva sus sueños y permite que ocupen un aspecto importante en la vida personal, se vive una vida mas plena y llena de placer. Hay personas que dicen que no pueden gastar dinero en una terapia, pero si pensamos en los beneficios que aporta en bienestar, mayor confianza, mas seguridad, libertad, tranquilidad y posibilidad de disfrute el precio se diluye.
Un paciente dice: Ayer fui a almorzar con un amigo en un lugar muy tranquilo, en contacto con la naturaleza, él estaba tranquilo y no hacia más que disfrutar del paisaje y yo solo miraba el reloj para volver a trabajar. El me dice esperá, es verano, disfruta lo que nos brinda la naturaleza. Y yo le dije: No estoy de vacaciones y uno no puede pasarse la vida mirando el paisaje. Y se da cuenta que le es insoportable estar en reposo, porque dice que tiene la sensación de estar en el vacío, en la nada.
La mayoría de las personas mayores sufren de depresión cuando dejan de trabajar, justo en el momento en que por ejemplo podrían hacer esas cosas que antes no hacían porque no tenían tiempo, porque tener tiempo libre permite tener más vínculos sociales o hacer actividades físicas para estar mejor, pero al permitirse el ocio, pueden romper su aislamiento, encontrarse con otras personas y compartir vivencias, recuerdos y proyectos que les devuelve el amor a la vida, sin embargo muchos deciden quedarse solos llorando por lo perdido, en lugar de hacer con lo que hay.

Trastornos psicosomáticos

Mas de una persona que viene a consulta pregunta cómo puede ser posible que sus propios pensamientos sean capaces de producir o de agravar sus enfermedades?. Es necesario aclarar que en la enfermedad psicosomática hay un compromiso orgánico que tiene su origen en dificultades psicológicas que produce trastornos muy diversos, es decir que puede haber una disfunción de los órganos del cuerpo, como por ejemplo enfermedades de la piel, problemas coronarios, dolor de espalda, obesidad, somatizaciones varias, stress y esto es distinto de la hipocondría que es un trastorno psicológico centrado sobre la idea de tener una enfermedad grave, es decir que hay una preocupación obsesiva por su propia salud y está en continuo estado de alerta y esta preocupación continúa a pesar de los permanentes exámenes médicos que dan resultados negativos.
La enfermedad psicosomática esta vinculada a frustraciones, traumas y conflictos no resueltos que hacen una marca en el cuerpo. Los pacientes que tienen estos problemas necesitan un tratamiento que les haga conectar esto que les pasa con su propia historia y poder determinar así cuales son los mecanismos y los factores que la desencadenan.
Recuerdo el caso de una paciente de 24 años que tenía lesiones en la piel muy importantes sobre todo en los brazos y piernas, como una eczema. Ella se rascaba muy fuerte, porque la picazón era intolerable, sobre todo a la noche y a la mañana se levantaba decía ella “desfigurada”. Como la consulta con el especialista no daba los resultados esperados, se le sugiere hacer una consulta psicológica. Ella dice que sus problemas de piel reemplazaron un asma que sufría desde la infancia hasta la adolescencia y que tenía una alergia al polen y al polvo que relaciona con la angustia que le aparecía cuando su mama la dejaba en casa de una tía para irse a trabajar. A partir del momento en que empezó a hablar de sus dificultades afectivas, la eczema comenzó a disminuir y estamos tratando de que desaparezca, no para reconvertirse en otro síntoma, sino para que a través de la palabra ella pueda expresar su angustia y que no la vuelque en el cuerpo.
Hay personas que hacen una alternancia entre el asma y las eczemas. Es decir que hay un desplazamiento y una persistencia que tiene una intensidad mas o menos parecida, por eso es necesario ir a las causas que la producen y no al síntoma en si.
Inclusive la evolución de algunos tipos de cáncer también son atribuidos a enfermedades psicosomáticas y algunos investigadores dicen que un sentimiento de soledad muy fuerte, o un estado de mucha angustia pueden influir sobre el desarrollo canceroso, básicamente porque bajan las defensas.
Hay algunas personas que dicen que esta es una enfermedad imaginaria, pero la verdad es que no es asi porque los fenómenos físicos y somáticos se desarrollan en el mismo organismo y no son más que dos aspectos del mismo proceso. Esto también nos da una idea del poder de la mente, porque las personas no enferman porque quieren, y realmente no pueden hacer nada por si solas para impedirlo, por el contrario hay mucho sufrimiento. Me gustaría aclarar que todos somatizamos, es decir que en un momento determinado nuestro psiquismo puede influir de tal modo sobre nuestro cuerpo que bajan las defensas y ahí enfermamos. Vamos a casos más simples por los que todos pasamos, cuando vamos a tener un encuentro con alguien que nos gusta sentimos palpitaciones o transpiramos, o cuando vamos a dar un examen, o enfrentar un nuevo trabajo, pueden ocurrir dolores de estomago, diarreas o fatiga. Pero cuando estas manifestaciones somáticas se hacen crónicas, independientemente de los acontecimientos que las desencadenaron, nos encontramos con un sistema de defensas frente a determinados traumas y conflictos psicológicos.
A veces me dicen, pero todos los problemas tienen que ver con la infancia? Los 5 primeros años de vida son los que arman la estructura de la personalidad, pero quiero aclarar que no necesariamente la madre es siempre poco amorosa o indiferente, es posible que a esa persona no le alcanzó lo que le dio su mama, le fue insuficiente o el vinculo se armo de una manera poco adecuada, digo esto porque si no estamos siempre poniendo afuera la responsabilidad, y uno escucha decir a los pacientes, no me dieron, no tuve y no hay ninguna pregunta acerca de la responsabilidad subjetiva a la que nos hemos referido en varias oportunidades, esto es la pregunta “que tengo que ver yo con lo que me pasa?”. Y sabemos que siempre se trata de lo que cada uno de nosotros hace con lo que nos toco en la vida.
Ademas en el caso de la enfermedad psicosomatica tiene que haber un cuerpo predispuesto genéticamente a que le sucedan estas cosas, porque no se enferma quien quiere de manera graciosa, digamos. Entonces tiene que haber particularidades individuales y genéticas, asi como impresiones y emociones en un primer momento vinculadas con la relación materna y luego todos los traumatismos vividos en la historia individual.
Las causas siempre tienen que ver con estados de angustia subyacentes, es decir que se trata de una señal o una alerta que es la que va a advertir que hay un peligro que amenaza. Esta amenaza puede estar ligada a un deseo prohibido, a una perdida (angustia de separación), a un conflicto interno o a un trauma. La angustia siempre va a aparecer cuando hay una situación que no puede ser manejada y que remite a un conflicto antiguo no resuelto. Tenemos entonces un problema doble, un trauma antiguo que se reedita en el presente, es por eso que es necesario hacer una terapia para entender lo que nos pasa y dejar de padecer.

jueves, 5 de mayo de 2011

PERSONAS TOXICAS

Hay algunos que dicen que las palabras no matan, pero al menos tienen el poder de herir y mucho. Las palabras pueden tener efectos devastadores sobre la vida de los individuos y esto nos hace ver hasta que punto los seres humanos somos frágiles. Porque nuestra piel afectiva es tan tierna que no solamente recordamos de grandes las situaciones desagradables vividas en nuestra infancia, sino que además tenemos tendencia a vivir nuestra vida en función a palabras y gestos que sucedieron cuando eramos pequeños. Porque si no, cómo se explica que un gran numero de adultos hace una consulta psicológica para tratar de sanar heridas infrigidas de niño a su autoestima.
Por ejemplo pensemos en una persona muy enfrascada en su trabajo pero que se siente incapaz de progresar y esta totalmente sometida a las palabras de su padre que le decía, “vos no vas a llegar a nada en la vida” y “sos un inepto” que lo paralizan hoy en dia.
Una persona toxica es aquella que sabotea los esfuerzos que hacemos para tener una vida mas o menos feliz y productiva y existen personas que son nefastas para nuestra salud física, mental y afectiva. Hasta ha habido personas que tuvieron que ser hospitalizadas por problemas causados por el comportamiento hostil del jefe o compañeros de trabajo.
Los que nos hieren y bloquean profundamente nuestro desarrollo son personas toxicas y puede ser cualquiera los compañeros de clase, hermanas o hermanos, padres, la pareja, el jefe o un compañero de trabajo
Y hay distinto tipo de personas toxicas y además no necesariamente se procede de igual manera con todo el mundo y por otra parte hay diversas maneras de reaccionar a los distintos tipos de personas toxicas para entenderse mejor con ellas y hacerles frente de la mejor forma.
En algun momento de nuestra vida todos nos hemos topado con personas que resultan dañinas, pero también habría que preguntarse cual es nuestro comportamiento frente a ellas. Porque mas alla de nuestra cultura y nuestras vivencias, todos deseamos ser tratados con respeto y dulzura pero lamentablemente las presiones sociales y nuestros propios sentimientos de inseguridad impiden que las relaciones entre los humanos tengan estas condiciones.
Por eso el trabajo que debe hacerse es el de fortalecer la propia autoestima para correrse de esos vínculos que van minando de a poco nuestra personalidad.
Tambien uno puede ser toxico consigo mismo. Hay mujeres que se comparan con otras y siempre salen perdedora, pensando que su pareja también prefiere a las otras.
Estos pensamientos son los signos de un sufrimiento que traduce emociones y vivencias infantiles muy dolorosas. Porque estas ideas toxicas son pensamientos que traen otros pensamientos encadenados y entonces las ideas negativas nos invaden sin sucesión de continuidad. Con esta vivencia de desvalorización se pierden muchas oportunidades en la vida porque es uno mismo el que se censura e impide un despliegue vital tanto en lo personal como en lo profesional y también en lo social. Nuestra percepción de la realidad esta influida por nuestro estado emocional y también teñida por nuestra historia. Es decir que no hay dos realidades iguales porque nos movemos de acuerdo a nuestras creencias personales, o sea que hacemos una lectura personal y subjetiva acerca de cómo hay que vincularse y esto también es fluctuante porque no estamos siempre con el mismo estado de animo. A veces sucede que cuando uno mas lucha contra determinadas ideas, mas las refuerza, por lo tanto si uno no puede resolver los dolores del alma por si mismo, es necesario hacer una consulta para empezar a pensar que a lo mejor, lo que yo creo firmemente sobre mi mismo o sobre mi entorno no es tan asi y puedo de a poco encontrar la manera de tener una modalidad de vinculo que no sea tan tormentosa.