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lunes, 29 de diciembre de 2014

Depresion en las fiestas?

He recibido un mensaje de una señora que pregunta si es normal sentirse deprimido durante las fiestas de fin de año. Verdaderamente hay muchas personas que sienten tristeza y piensan que no tienen nada que festejar. Esto es bastante común y sucede por diversos motivos. Algunos recuerdan a los seres queridos que ya no están, por fallecimiento o un divorcio todavía no resuelto; otros por la falta de pareja o de familia. En ocasiones la angustia puede producirse porque “deben” reunirse con una familia difícil, a la que prefieren no ver. La depresión es un problema cada vez mas común y en las fiestas se acentúa porque es el momento en que se ponen de manifiesto las dificultades de convivencia. Cuando uno no tiene familia ni amigos, o hay conflictos con ellos; las fiestas recuerdan el estado de soledad e indefensión en el cual se vive. Y la situacion se convierte en un circulo vicioso, porque si uno se deprime se aisla mas y entonces se exacerba su estado, sobre todo imaginando que los otros están felices. La soledad es incompatible con el mensaje que es politicamente correcto y que compele a reunirse y ser feliz. Pero tambien el periodo de fin de año es el momento casi obligado de hacer un balance y muchas personas no ven mas que situaciones de fracaso. En algunas ocasiones porque no pueden valorar lo que efectivamente han logrado y en otras porque se ponen metas demasiado altas, que son de casi imposible cumplimiento. Tal vez lo mas conveniente es, no intentar resolver en un dia aquello que no se hizo durante los 365 pasados, sino empezar a pensar cuales son las cosas que debería poner en práctica de aquí en más, para poder estar mejor. Y manos a la obra!!!!

viernes, 15 de julio de 2011

No quiero enamorarme mas

Hay muchas personas, hombres y mujeres, que luego de una ruptura intententan cortar todo sentimiento y no quieren volver a vivir una nueva historia de amor
Recuerdo una mujer de 35 años que dice que ella controló siempre su vida afectiva hasta que hace alrededor de 3 años atrás se enamoró perdidamente y por primera vez decidió dejarse llevar por ese amor sin pensar en los riesgos. El acababa de separarse y vivimos un amor muy apasionado e intenso. "Yo era muy feliz, y de pronto él me anuncia que vuelve a vivir con su mujer. Ahí se me aparecieron todos los fantasmas que siempre quise tener bajo control, la perdida, el abandono que se me vinieron encima con una violencia incontrolable. Crei morir pero sali adelante. De lo único que me arrepiendo es haberme abandonado a ese amor. No voy a permitirme nunca vas revivir algo asi porque el amor hace mal".
La verdad es que son muchas las personas que cuando tienen una pena de amor se repiten como si fuera un mantra “nunca mas”. Ese nunca más tiene que ver con el sentimiento de abandono, la decepcion, la traición. Tratan de sortear sentir dolor, pero finalmente se anestesian y evitan cualquier sentimiento amoroso.
Si hasta se parecen a las personas heridas en la ruta o los que se están a punto de ahogar, que no quieren ser tocados y adoptan una posición de defensa y entonces congelan los sentimientos. La decepcion en el amor produce un gran dolor, de ahí que buscan defenderse enfriando al máximo sus afectos.
Rechazar el amor como emoción dolorosa es normal durante un tiempo. Es una reacción de sobrevida al mismo tiempo que se hace el duelo. La herida de amor también tiene que ver con el amor propio lastimado y, según la construcción psicoafectiva de cada uno, los medios para una reparación narcisistica son diferentes,.
Algunos pueden ejercer el donjuanismo, otros refugiarse en el trabajo, tener mucha actividad social o replegarse sobre si mismo. Estas son distintas maneras de poner una distancia frente al fracaso de una relación amorosa. Las mujeres encuentran con más frecuencia refugio en la palabra, los hombres en la acción, pero el objetivo en ambos casos es parecido, evitar exponerse al dolor.
Un señor de 41 años, se definia como lo contrario de un macho, pero confiesa que su antídoto ha sido tener relaciones sexuales sin amor, porque tenia deseos de vengarse y esas mujeres eran una forma de olvidarme. Es como si les dijera y me dijera “No tengo necesidad de vos”. En cambio otra mujer hizo lo contrario, se sumió en una abstinencia sexual absoluta huyendo de todos los hombres que se le acercaban.
Podemos decir que congelar las emociones por un tiempo puede ser una actitud hasta saludable, porque es necesario hacer el duelo, pero cuando este comportamiento dura de manera infinita puede ser nocivo.
Y ahí podemos preguntarnos hasta cuando esto puede seguir asi, y como defenderse de la violencia de las penas de amor. La verdad es que no hay recetas mágicas para salir airoso, pero hay algunas cuestiones que es necesario pensar para no quedar anclado en el dolor.
En primer termino hay aceptar que el sufrimiento es la primera etapa que permite luego hacer el duelo por lo perdido, porque es peligroso para uno mismo congelar las emociones indefinidamente, ya que negar no quiere decir hacer desaparecer los sentimientos. Aceptar que uno sufre permite ir atenuando el dolor, porque si uno lo reprime, se agrega mas violencia hacia uno mismo. A partir de esto se debería reflexionar sobre cual es la parte de responsabilidad que le toca en esa historia y también por que la perdida aparece como insoportable. Estos son algunos interrogantes que permiten abrir algunas preguntas acerca de cómo armamos nuestros vínculos. Por otra parte, es necesario también aceptar que el amor, que es el lugar por excelencia de las emociones mas intensas, implica necesariamente una toma de riesgo. Justamente porque no hay garantías de felicidad infinita, pero realmente el riesgo vale la pena. Pudiendo aclarar algunas de estas cuestiones, es probable, pero no cierto, que una próxima relación puede llegar a ser un poco mas clara. De todos modos no es asfixiando las emociones que uno va a hacer desaparecer el sufrimiento, sino todo lo contrario.