viernes, 15 de julio de 2011

Simular placer

Son muchas las mujeres que admiten que simulan su placer sexual. Algunos dicen que es una mentira sin consecuencias. En la película Cuando Harry encontró a Sally, hay una escena en que ella simula un orgasmo en un restaurante que es memorable. Y la verdad es que las mujeres pueden falsear una escena de placer sin que ellos se den cuenta. No estamos hablando aca de las situaciones de mujeres que esconden la dificultad que tienen para sentir placer a lo largo de su vida y que no hablan de eso porque tienen miedo que sus compañeros las abandonen o porque no quieren revisar cuestiones personales que es necesario tratar en el consultorio.
Nos referimos a la simulación ocasional que, a veces puede suceder, pero que no significa nada en sí misma.
La sexualidad es el lugar donde el cuerpo y el espíritu están implicados de manera muy estrecha, porque no hay placer si uno de los dos falta. Uno puede estar ausente o desconectado alguna vez y no pasa nada, el problema está cuando eso sucede de manera permanente. Y por eso es que nada es mas difícil de planificar que el placer. A veces uno no lo espera y aparece y es maravilloso y a veces sucede todo lo contrario, planifica y no está.
Dice una paciente, "Yo la paso muy bien con mi pareja, pero a veces cuando estoy muy cansada simulo para terminar mas rápido o a veces para no afligir a mi novio y no me parece nada dramático. Es como cuando uno agradece y aparece extasiado frente a un regalo que no le gusta, pero que no dice nada para no apenar a la persona que uno quiere".
En la mujer el placer es mas complejo porque puede aparecer, irse, incrementarse y bajar y todo eso en el curso de una misma relación sexual. Entonces una mujer puede simular en un momento y no en otro, por eso este tema de la simulación inquieta mucho a los hombres, porque ellos tienen un deber que es el de hacer gozar a la mujer, ya que de esa manera ella lo reconoce como fuerte y potente. Entonces si ella simula y él se da cuenta el mundo se derrumba. Hay mujeres que con sus gemidos se meten en escena y alimentan sus propios fantasmas de placer y esto a su vez las excita. Hay que hacer la diferencia entre simular un orgasmo y amplificarlo. El amor físico tiene una dimensión fantasmagórica muy fuerte que hace que ambos se exciten si hay una buena conexión.
El placer del otro es el mas potente de los afrodisiacos. Muchas veces ocurre por amor, pero otras veces lo que se incentiva es el narcisismo. Es como decir yo soy buen amante, y a partir de esto se activa el placer propio y del otro. Dice una paciente “yo simulo a veces porque me parece que para mi novio es importante escucharme gemir y gritar y que eso le hace sentirse mas potente”. Esto igualmente nos lleva a la pregunta de por qué las mujeres nos sentimos obligadas a reasegurarle al hombre su potencia? De todos modos a las mujeres por un lado se les pide transparencia; pero también en esta necesidad de simular tienen la impresión de mentir y ahí se sienten culpables. La sexualidad es del orden de lo íntimo y no soporta la transparencia porque tiene que ver con una relación donde no se sabe exactamente qué piensa el otro y la verdad es que es mejor asi.
Y los hombres, pueden simular placer? Que pregunta, no? Podemos decir que está aceptado que las mujeres simulan, pero decir esto de los hombres parece raro.
Se escucha decir en el consultorio: No puedo decir que simulo pero muchas veces exagero el placer. Hay muchas mujeres que no se dan cuenta que no eyaculé, pero hago como que esta todo bien para terminar pronto. Al preguntarle para qué simular, dice “para darle el gusto cuando no tengo demasiadas ganas”.
Se puede decir que la verificación del placer masculino es básica y palpable. Esto puede ser asi si hablamos del orgasmo como producto final, pero y antes? Podemos preguntarnos, si la mujer finge placer por que podría no hacerlo el hombre?
Digamos que las cuestiones de genero, la libido,la personalidad, y el pasado de cada uno complejizan las relaciones y muchas veces uno presenta una pequeña mentirita para aportar al bien común. Porque a veces se comienza no sintiendo placer, pero puede contagiarse del placer del otro. Y entonces a veces es preferible simular un poco de placer para provocar al otro y estimularlo y asi estimularse también, que cortar la relación confesando que no te pasa nada sin hacer ningún esfuerzo.
Cuando hay amor lo importante es preservar la pareja y todo el empeño que se ponga para salir adelante vale la pena. Porque la perfeccion no existe y no siempre nuestro cuerpo esta en las mejores condiciones como para tener un vinculo intimo totalmente placentero.

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