La edad que uno se da

No siempre tenemos la edad que dice nuestro documento, algunos se perciben mas jóvenes y otros mayores a la edad que consigna el DNI.
Una mujer dice que la primera vez que le dijeron “Señora” se dio vuelta para ver si había alguien detrás. Incluso muchos de nosotros al cumplir años decimos “Increible ya pase los 50 o los 60, no lo puedo creer”.
Esta impresión de no tener los años que están consignados en los documentos es un sentimiento compartido por muchas personas actualmente, es decir que hay una diferencia entre la edad real y la edad percibida que podríamos llamar edad subjetiva.
Hay muchas personas que se perciben con una diferencia de 9 o 10 años a su favor, mientras que los mas jóvenes hasta los 18-20 años, tienen una tendencia a sentirse mayores que su edad cronológica. Podemos decir entonces que la edad subjetiva es uno de los componentes más importantes de la imagen que cada uno tiene de si mismo.
Hoy dia pareceria que los limites generacionales están un poco corridos. Por ejemplo tenemos a los llamados adolescentes, que son adultos de distinta edad que se infantilizan y tratan de prolongar interminablemente su adolescencia y también hay niños precoces que quieren crecer más rápido que el tiempo cronológico.
Habría entonces una cierta mutacion generacional donde encontramos valores de optimismo y de hedonismo, es decir de búsqueda del placer como fin supremo. Por ejemplo vemos señores de 50 a 65 años que tienen todavia ambiciones familiares o artísticas, se observa un deseo permanente de sentirse realizados y que en un punto comparten valores con los adolescentes que tienen proyectos ambiciosos que requieren de una madurez que todavia ellos no poseen.
Es interesante observar como a partir de los 45 o 50 años cada uno inventa su manera personal de ir envejeciendo. Por supuesto que aquellos que se han cuidado de más jóvenes tienen un cuerpo que responde mejor que aquel que ha perpetrado toda clase de abusos, sobre todo con el alcohol y el cigarrillo. Y entonces vemos disparidades enormes entre personas que tienen la misma edad cronológica pero una edad biológica y afectiva diferente. Podemos decir que tenemos la edad de nuestros deseos.
Basicamente no se trata de parecer joven sino de sentirse joven. Y pueden darse sentimientos paradojales, por ejemplo cuando se entra en la etapa de la jubilación uno todavia se siente joven y lleno de vitalidad y de proyectos y esto energiza mucho, por el contrario la entrada en la vida profesional luego de la graduación, como es un salto importante en la vida de una persona puede percibirse como la sensación de volverse viejo.
Por otra parte la edad subjetiva también revela la posición de cada uno con relación a lo que va a durar su vida y también las etapas que todavia falta vivir o no. Esta es una nocion nueva, es decir que el concepto de edad psíquica nos va a dar indicios de su maduración afectiva, de sus elecciones y sus comportamientos habituales mucho mas que la edad real. Esto tiene que ver también con la manera en que cada uno pudo ir resolviendo o no sus conflictos infantiles.
Porque la edad de cada uno esta en la cabeza. De todas maneras los cumpleaños, sobre todo los que nos pasan de una decena a otra están ahí para hacernos acordar que el tiempo no es una ficción. Es decir que podemos utilizar todos los recursos de nuestro imaginario pero de todos modos no son suficientes como para ocultar la edad que tenemos.
Algo para remarcar es que el amor es un buen antídoto contra el envejecimiento interior, porque además mejora nuestra autoestima. Es necesario que las personas mayores tengan una vida activa aunque no trabajen porque no necesariamente estos conceptos tienen que equipararse. Vida activa significa tener contactos sociales, hacer cursos que sean de su interés, es decir en general tratar de tener una vida placentera, fuera de la sensación de soledad y de la depresion. Todo eso va a hacer que nos permitamos tener proyectos hasta el final de nuestras vidas, obviamente que estos proyectos tienen que estar ajustados a lo posible, porque si no inevitablemente nos llevan a la frustracion.